-¿Sabes? Los mejores momentos que hemos pasado...-miró al cielo achinando los ojos, para que el agua no contactara con ellos-no han sido entre sábanas, ni sobre un colchón, ni con sudor...no-se repitió casi más para sí mismo que para mi, y añadió algo que me descolocó-Nunca te he visto tan bonita como debajo de la lluvia. Todas las veces que no dejábamos pasar el agua entre nosotros, todas y cada una de esas veces, han sido lo que siempre llevaré conmigo. El ver tu pelo mojado y que me entren ganas de acariciarlo para sentir ese frío, o para hacerlo desaparecer. Aquí, en la calle, el agua, tú, y yo. No necesito más. Ni que me sobre ropa, ni que me falte sentir tu cuerpo cálido junto al mío. Sólo la lluvia sobre tu cazadora mojada, y sentir tu corazón cubierto bajo cuatro capas de más. Eso es todo.
Y desaparece. Le conocí, le amé, le extrañé bajo la lluvia. Y ahora querría besarle, y no tener que echarle de menos entre tantos charcos de recuerdos.
-Que calan-
Dime dos maneras de no echarte de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario