sábado, 31 de diciembre de 2011

126.

And If I love, or loved you someday, it's my problem. I don't wanna stop hearing your voice. I just don't wanna let go. So, please, don't let me go, or come with me.


This is Heath, and I miss his smile. I miss him. So much.

125.

Poco más que añadir a los múltiples sucesos que intento evitar e inevitablemente me resulta imposible. A sus ojos resultas invisible, pero adoptan tus mejillas un tono rojizo y te cuesta restablecer tu temperatura corporal, tus latidos cuando se presenta a una distancia que no hay necesidad de medir en metros. Porque, en fin, no puedes evitar pensar que tú en su vida debes ser una mancha; y que él en la tuya ocupa varios capítulos.


Revisemos la contraportada. 

domingo, 25 de diciembre de 2011

124.

Momento de tu vida en el que crees que los sueños se pueden cumplir. Y lo deseasdeseasdeseas. Pero luego tu perfecta burbuja explota y te estampas contra el suelo, despertándote con magulladuras de ese agradable sueño. Porque aunque en su momento no lo pienses, acaba llegando septiembre, que te deja ver, junto con la piel que se te descama, que ha acabado ese sueño de una noche de verano que parecía eterno. Pero que al final, como todo, tiene fecha de caducidad.

sábado, 24 de diciembre de 2011

123.

Vuelve a tener el mismo efecto. Entre la multitud, consigo distinguirte; y las mariposas de la intriga se convierten en huracanes al ver que la misma pregunta está escrita en tus ojos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

122.

Sentía el vació en cada una de las millones de partículas de mi cuerpo y la verdad es que no se estaba tan mal. Luchar por luchar, lo dudo. Pero luchar por ti, cambia las cosas. Perdí el recuerdo de tu olor, pero no el tuyo. Y cuando algo se va, lo echas de menos, y después de seis horas todos los días (salvo fines de semana) sin decirte adiós, te daba la espalda y salía de tu mente hasta el día siguiente. Esa palabra tiene cuatro letras, pero muchas formas de sentirlo. Irracional, raro. Parecido a mi, incompleto por tu parte. Y si tu pelo negro no tenía dedos que surcaran sus múltiples mechones, yo lo hubiera hecho. Pero saltas, corres, ríes, aceleras, dejándome atrás, y tomas las curvas, y los cubatas con otras compañías, que conocen el sabor de tus labios, pero no mejor que yo. Crezco deprisa, aunque la altura no me acompaña. Consigo no tropezar. Tu sonrisa no se estropea ni aunque quieran colocarte bien los dientes con aparatos. Sigues igual de loco aunque crezcas. Niño, inmaduro. No me echas de menos, no pronuncias mi nombre, no tu rostro se inmuta cuando paso a tu lado. Tu mirada sigue igual de especial, de bonita. Tu corazón sigue casi bien. Te falta algo, pero no soy yo. Sueñas con superhéroes: con Linterna Verde y Capitán América; con ella, y sus besos, con su belleza y su nombre, que está grabado en ti; imborrable como un tatuaje. Como tú en mi. Porque algo ocurre. Llámalo destino, llámalo gilipollez, llámalo por mi nombre o como tú quieras. Porque los jodidos días veintinueve están en casi todo los meses- Y las malas decisiones en todas las acciones. Y tu recuerdo vuelve sin ser llamado, y apareces como si nada hubiera pasado. Y tu simple presencia me llena; y lo acabado vuelve a empezar.

jueves, 22 de diciembre de 2011

121.

Todos tenemos nuestros problemas. En algún momento (a veces excesivamente largo) de nuestra vida nos golpea por la espalda, y sólo deseamos que esa presión repentina desaparezca lo más pronto posible. Aunque en cualquier momento puede volver de nuevo. Cuando te sucede eso, lo único que piensas es que no puede haber nada peor. Ni te alivia el saber que mucha gente lo está pasando peor que tú.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

120.

Juego para hacer grande el nombre que hay delante de mi camiseta, no el mío.
Más de tres meses.

martes, 20 de diciembre de 2011

119.

Por todas esas veces que dijiste "no quiero". Y yo pensé: "-Sí quieres, pero no puedes."

Porque te hacen sentir pequeño.

lunes, 19 de diciembre de 2011

118.

Recuerdos de veranos (a)típicos. Donde si había algo más era miedo; quedaba menos para volver. Extremos opuestos de mismos lugares. Inexplicable, ilógico, pero cierto. Se trataba de una distancia que se podía medir en centímetros. Probablemente en milímetros, pero no tuve tiempo de calcularlo: porque fue igual que un relámpago: fugaz, momentáneo, que no te lo esperas, y tu cuerpo puede reaccionar con un sobresalto, un escalofrío. Escalofrío fue lo que tuve cuando se paró, y no hubo sospechas, sino aclaraciones de lo que ya esperabas. Era todo tan extraño que sentí el surrealismo en cada uno de los pasos que di después: equivocándome, como era de esperar, y desperdiciando oportunidades. Desperdiciando esa oportunidad.
Han pasado varios treintas, treinta y unos, y un veintiocho, y por suerte algo hay olvidado; por desgracia hay algo para recordar. Y cada vez que se recuerda se siente esa oportunidad que probablemente mandara el destino a una persona que de ellas carecía. Y por la falta de costumbre, no supo cómo aprovecharla, y ahora sigue presente; sigue cerca, pero de una forma relativa.

En verdad está a años luz.

domingo, 18 de diciembre de 2011

117.

Y es ahora cuando tengo que preguntar: ¿Por qué tantos otoños fríos?, ¿por qué tantas palabras perdidas? Y si no merecía la pena, ¿por qué intentarlo? No siempre hay que verse obligado. Puedes, y debes. Quieres, pero no es necesario. Se enfrían los cafés que te esperan, y te echan de menos los labios que ya no pueden besar. Y luego, al fin y al cabo tú, que no vuelves, que no estás. En verdad, creo que nunca has estado.

sábado, 17 de diciembre de 2011

116.

Sé rebelde. ¿Por qué? Es un símbolo de actitud. Ser rebelde no significa hacer que te odien. Significa ser a tu manera, sin reprimir tus ganas. No es hacer un drama de todo, ni un mundo de la nada, ni exagerar 182937430 veces las cosas. Es hacer lo que quieres como quieres y a tu manera. Libre, o no. Porque la rebeldía es eso. Tú pones tus propios límites, y si no los conoces, tienes mucho por descubrir.

jueves, 15 de diciembre de 2011

114.

Y ahí, justo en ese momento, fue cuando lo estropeé todo.





Y después pensé: "Qué pequeño es el mundo".

martes, 13 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

111.

No sé si sabrías decirme qué vacíos se pueden llenar y cuáles no. "Echar de menos" es algo aplicable a diferentes tipos de distancia. Hay te quieros servibles a cinco kilómetros, quinientos, o simplemente cuando no hay distancia salvable. Tienes toda la vida para conocerte, pero prefieres saber más cosas sobre mi. Hay canciones, películas, anécdotas increíbles/imprescindibles que debes saber porque me hacen referencia. Porque dicen cómo me siento, o me provocan lágrimas que se pueden interpretar de diferentes maneras.
Es bonito que te digan que le gustas tal y cómo eres. Es más bonito aún que te lo diga él.
"Hay caminos que se pueden recorrer para llegar a un destino. Un destino del que quizás, ya nunca quieras volver".

---
No me deja comentar. Cuando pueda me paso por vuestros blogs. Lo siento.

domingo, 11 de diciembre de 2011

110.

No es necesario que te diga las canciones que han hablado de historias parecidas. Hay que empezar a demostrar, además de aparentar. El control es el que te deja poner los límites; por hoy podríamos esconderlo, sólo para que no nos molestara. La noche dicen que es joven, y la vida te deja a la mitad. Esperar a que pasen las múltiples tormentas que se avecinan. Si vivimos en una época de cambios, a mí me han llegado todos de golpe. En determinado momento decides tirar la toalla, terminar con ello.
Y no sé si estoy cerca. Empieza a poder conmigo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

---.

Aviso: Si esperabas una de las chorradas que suelo publicar, puedes pasar de leer esta entrada.
-Llevo en Blogger más de un año. Al principio pensé que nadie me seguiría, y, por motivos personales tuve que eliminar el primer blog que me hice. Llegué a tener 30 seguidores. Me sorprendió que tanta gente pensara como yo, os agradezco eso; da fuerzas.
Me creé uno de "deportes". Si aún no estáis informados, mi sueño es ser periodista deportiva, y espero poder conseguirlo. Pero no he escrito esto para hablar de ello:
El caso es que siempre he sido anónima para vosotros. Simplemente soy muy introvertida, y no soy capaz de enseñar a la gente lo que escribo, o lo que pienso. Nadie que yo conozca sabe que tengo este blog. NADIE.
Ni vosotros mi nombre, que por supuesto, no es "Bi". Fue lo primero que se me pasó por la cabeza. Nunca nadie me había llamado así, y ni si quiera sé porqué motivo lo puse.
-El caso es que me gustaría decírselo a gente muy próxima a mí. Es decir, a esas personas que siempre están contigo, te aconsejan, y te quieren por cómo eres. Pero yo no soy como lo que escribo aquí en la vida real.
Soy una sombra en Blogger, y una infiltrada con mis amigas. Todas y cada una de las cosas que escribo aquí ES MI VIDA. Y vosotros me conocéis mejor que cualquier persona por ello; porque todos los relatos y todas las paranoias que corresponden a un número ascendiente, es lo que hay en mí, y no tengo el valor de contárselo a nadie más, porque no sabéis quién soy, no sabéis mi nombre, mi edad, (mis gustos sí) qué hago fuera de la pantalla...y por ello siento que todo es un fraude.
Me gustaría "no sentirme tan sola", y ser capaz de informar a la gente que me rodea lo que hago. Pero bah, no hay agallas. Siento ser tan pesada, pero esto a veces me parece una chorrada sólo por eso.
Pongo los comentarios sólo para saber vuestra opinión, si la queréis dar. Creo que ya los voy a dejar de forma permanente.
Gracias por aguantarme. (Cosas como estas, y demás).
Bi, exasperada.

109.

Me miró con esos ojos negros. Como la noche, quien había presenciado múltiples veces lo que sentíamos y lo que queríamos...simplemente al otro. Su olor se hizo intenso por culpa de la lluvia, tanto que a dos metros seguía presente. Dos metros eran tres pasos, tal vez cuatro, con cuatro ya estarían nuestras frentes juntas. Su pelo mojado me tentó, quise apartar esa humedad acariciando sus mechones, llevándome múltiples gotas de agua que habían estado en contacto con su pelo castaño, con el que tan bien conjuntaban mis dedos.
-¿Sabes? Los mejores momentos que hemos pasado...-miró al cielo achinando los ojos, para que el agua no contactara con ellos-no han sido entre sábanas, ni sobre un colchón, ni con sudor...no-se repitió casi más para sí mismo que para mi, y añadió algo que me descolocó-Nunca te he visto tan bonita como debajo de la lluvia. Todas las veces que no dejábamos pasar el agua entre nosotros, todas y cada una de esas veces, han sido lo que siempre llevaré conmigo. El ver tu pelo mojado y que me entren ganas de acariciarlo para sentir ese frío, o para hacerlo desaparecer. Aquí, en la calle, el agua, tú, y yo. No necesito más. Ni que me sobre ropa, ni que me falte sentir tu cuerpo cálido junto al mío. Sólo la lluvia sobre tu cazadora mojada, y sentir tu corazón cubierto bajo cuatro capas de más. Eso es todo.
Y desaparece. Le conocí, le amé, le extrañé bajo la lluvia. Y ahora querría besarle, y no tener que echarle de menos entre tantos charcos de recuerdos.

-Que calan-
Dime dos maneras de no echarte de menos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

108.

Es jodido saber que esa persona sólo va a ser eso contigo: persona. Que no os va a unir nada..

miércoles, 7 de diciembre de 2011

martes, 6 de diciembre de 2011

106.

Me apoyo en el marco de la puerta, cerrándola lo máximo posible. Impidiéndole pasar.
-¿Por qué no quieres que entre?
-Porque si dejo que entres, no podré dejarte marchar.
Acorta los centímetros que nos separan, hasta que siento su respiración en mi frente, y se limita a decir:
-De eso se trata.

lunes, 5 de diciembre de 2011

105.

Todo es una tapadera. Ahora no me apetece ni escapar. Siempre ha sido lo que tú pidieras, cuándo y cómo desearas. Saber decir "no" es de valientes, pero los que siempre dan lo que se les pide no son cobardes; simplemente son los que merecen la pena. Los que no te fallan ni después de que tú sí lo hagas muchas veces. Puedes sonreír cuando te lo piden, o intentar esconderte hasta que te ignoren. Puedes rezar porque nieve, o porque falten cuarenta y cinco minutos para el final y quieres que la adversidad sea inversa. No importa las veces que falles, seguro que hay alguien que ha metido la pata más al fondo que tú.

-Tío, tienes que ser optimista.

domingo, 4 de diciembre de 2011

104.

Hay cosas que necesitan un esfuerzo mayor para poder conseguirlas. Es ahí cuando se demuestra quién de verdad se deja la piel por lo que desea, y quién dice y no hace. Tu momento llegará tarde o temprano, puede que ahora sea el suyo. Pero yo sé lo que eres, lo que quieres. Y sé que nunca me vas a fallar sin haberlo intentado. Y que te cuesta aceptar un "no" por respuesta.

sábado, 3 de diciembre de 2011

103.

"Tiene un corazón tan grande que hace que el cuerpo no le duela cuando ve que puede ayudar a su equipo" #23

viernes, 2 de diciembre de 2011

102.


Te tienta porque quiere verte ceder. Flaqueas cuando giras y ves que está. Te paras, pero no del todo. Como cuando oyes el sonido de tu móvil pero no quieres cogerlo porque sabes quién es. Tambaleas, porque una parte de ti aún tiene como acto reflejo responder a esa llamada. Pero no cedes. Recuerdas el sonido grave de su voz, sus brazos, su fuerza, y sus ojos azules, y duele. Pero avanzas como puedes, ya que quieres hacer ver que no te afecta, que no te mata por dentro; que las noches ya saben el color de tus ojos cuando los refleja la luna.
Sólo te pido que seas fuerte. Que no des signos de flaqueza que te delaten como hice yo. Porque tú ya has pasado por mucho, y los jugadores que llevan mucho tiempo en cancha necesitan un merecido descanso.

jueves, 1 de diciembre de 2011

101.

Tranquilo, el resto del ruido sólo es relleno. Cuando todo estás patas arriba y las soluciones son ínfimas (¿las hay?). Hablas como si no supieras quién soy, pero en realidad me conoces más que yo a mi misma. Torbellinos que contienen sentimientos y me hacen dudar. Tengo poca libertad cuando soy yo quien me pongo mis propios límites (a pesar de que los ponga muy altos). Puedes encontrarme a las dos de la mañana en un bar de buenas o llorándote en mi cama. No soy bipolar, sólo hay momentos en los que no puedo con ello. Son abrazos que dan más calor que cualquier estufa; son ausencias que matan más que cualquier puñalada.
Son tiempos duros, no dejes de confiar en mi.