viernes, 25 de noviembre de 2011

95.

Están los que echas de menos, pero no quieres admitirlo; los que se lo dices, pero tampoco haces nada por verles. Los que te quieren y te lo dicen; los que además lo demuestran, y los que te hacen dudar.
Están los que te saludan, los que pasan, los que te abrazan con confianza, y cuyo contacto no quieres perder.
Están los que te besan en la mejilla, los que te aceleran el corazón simplemente por la proximidad. Los que buscan tus labios, y te buscan a ti. Pero no te dejas encontrar.
Los que se ríen de tus gracias sin que la tengan, los que te ven llorar, los que te abrazan y dejan que llores, y los que secan las lágrimas y las transforman en una risa que te hace olvidar (al menos por el momento).
Están los que saben cuándo no quieres, los que insisten, y los que te dan tiempo. También los que se arrepienten, los que quieren tu perdón. O más, te quieren a ti, pero tardan en darse cuenta.
Los que no te importa que oigan lo mal que cantas, y con los que apenas susurras la letra.
Están con los que te vas por la Gran Vía, y con los que te vas por los pasillos. Quien te ve, y te grita para que te des cuenta, y los que se quedan callados esperando que no les veas.
Hay muchos, todos diferentes, y algunos especiales. Y siempre unos más que otros.
Y tú, Xus, siempre vas a estar aunque tú a mi no me incluyas más.
Eres de los primeros de todo esto, rubio.

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