-Hay veces en las que, simplemente, te gustaría ser como los demás. No ser tan...diferente. No tener malos momentos marcados en tu piel, y, reír con tus amigos a carcajada limpia...
Lo que no sabes es que tú no estás hecho para ser como los demás, sino para ser como eres tú mismo: especial, y único. Y sólo puede apreciarlo la gente que al final te acaba mereciendo la pena.
Los que resultan ser imprescindibles, y más tarde, insustituibles.
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