Puedes guardarlo todo, todo lo que sientes, dentro muy dentro de ti. Bajo capas y capas de orgullo que protejan algo que no deseas que salga a la luz. Mientes, y dices que no sientes nada, porque la nada, a nadie le interesa. Mas cuando alguien dice lo mismo, tú le conoces demasiado como para saber que debajo de ese nada hay un montón de palabras que desean ser escuchadas. Y luego lo piensas, y caes en que tu nada, bajo la que se esconde todo, a pasado desapercibida ante esas personas que deberían conocer tus miedos, tu orgullo, e intentar ir quitando capas hasta llegar a ella.
El caso es que últimamente ella pregunta, pero ninguna persona le pregunta a ella.
Y se supone que todo el mundo tiene alguien que pregunta.
Pero, en esto, como en todo lo demás, no es más que un eslabón perdido. No pertenece aquí ni allí, a nada ni a nadie.
No necesita a nadie. Nadie la necesita a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario